Entrada de España en la Comunidad Económica Europea

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Tras obtener la democracia, España mostró su interés por integrarse en la Comunidad Económica Europea (CEE). Tras varios intentos por conseguirlo, fue Felipe González el que introdujo a España, fue un largo proceso que no finalizó hasta que no se firmó un tratado de adhesión, el 12 de junio de 1985 en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, para entrar en vigor el 1 de enero de 1986. Este hecho produjo en España, en los siguientes años, una gran prosperidad económica gracias por ejemplo a que recibió fondos de la Unión Europea prácticamente como el 1% de su PIB. Gracias a ello, España consiguió un aumento de sus exportaciones e importaciones lo que mejoró considerablemente la calidad de vida.
 Tres años y medio después de su incorporación, España estableció como divisa nacional la peseta que duró unos seis años. Y a finales de 1995, a la vez que el final de la segunda presidencia de España en la Unión Europea, se establece en Madrid una moneda común para toda la unión, el euro.

¿Qué hubiera pasado si España no hubiese entrado en la Unión Europea?

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Este hecho supuso un gran avance para el país y de no ser así, España no viviría la situación actual. Carecería de muchas ayudas que tiene en la actualidad y que tuvo en el momento de su ingreso que la ayudaron a progresar y mejorar la situación que sufría.
Al pertenecer a la Unión Europea obtiene una serie de beneficios como puede ser el acceso al mercado único para mercancías y capitales y para la libre circulación de trabajadores, por lo que facilita mucho el negocio de empresas a la hora de expandirse fuera del país y a los trabajadores que busquen empleo fuera de su país de origen, ya que no serán discriminados.
En definitiva, si España no se hubiese integrado en la Unión Europea no dispondría del apoyo que actualmente dispone por lo que es muy probable que el avance que ha sufrido no hubiese pasado y tendría una mala situación económica.